Generaleños cooperan con damnificados de El Salvador

Estrella del Sur
A raíz de los miles de damnificados por los terremotos ocurridos en enero y febrero de este año, El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional, Sede de Pérez Zeledón, realizó una Radiotón a tráves de la Emisora Sinaí, denominada: "10 Horas de Solidaridad con El Salvador", donde se recaudaron ¢426.708.

Según informó el austríaco Roland Spendlingwimmer, de la Fundación Longo Mai, ubicada en Sonador de Volcán, donde hace 18 años se fundó una colonia de salvadoreños, por la guerra que se vivió en ese país, el dinero ya se envió y que se invertirá para construír techos provisionales.

Estrella del Sur, tiene en su poder la carta enviada por la Asociación de Comunidades Rurales para el Desarrollo de El Salvador (CRIPDES), donde se agradece la ayuda de los generaleños, ya que el 25% de la población (son aproximadamente 7 millones de habitantes) quedó damnificada, lo que demuestra que los fondos llegaron a su destino.

"Les saludamos desde esta tierra dolida, pero no vencida, agobiada pero no desesperada, porque sabemos que muchos de ustedes se entregaron a la causa solidaria de nuestro pueblo. Por esa razón, nuestra gente agradece su voluntad, energía, tiempo dedicado y la ayuda específica que se logró", subraya el documento. "Estamos muy contentos porque los generaleños respondieron al llamado de solidaridad del pueblo salvadoreño, en especial con las emisoras locales y radioficionados, pero sin olvidar a las compatriotas residentes en Longo Mai, quienes hicieron las tradicionales pupusas de su país, en el Parque Central de San Isidro, aporte que llegó a ¢76.000", indicó el austríaco.

Asimismo, se resaltó el aporte del coordinador de la actividad y exdecano de la UNA, Lic. Alfredo Pineda Dubón, quien buscó apoyo en los costarricenses para ayudar su dolido país, que fue sorprendido por la naturaleza, causando muchas pérdidas humanas y muchas familias sin un techo digno. Por otro lado, Spendlingwimmer agradeció la respuesta brindada por el comercio local, ya que se tocaron las puertas y no las cerraron, así como a la gente que se presentó al Parque y depositó su contribución y a los que de forma más reservada, utilizaron la cuenta bancaria.
 
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