SONADOR

"El ser humano rescatará su condición cuando contempla el rostro de un niño de la calle y la pida perdón de socorrerle. Hasta ese momento entonces será simplemente un esbozo de ser humano".
Esta frase escrita por el comunicador y educador de niños en riesgo en Brasil, Washingtón Araujo, ha motivado al Patronato Nacional de la Infancia y el Programa "Vida Nueva" a querer ser una luz en la oscuridad para éstos niños que necesitan oportunidades.
Bajo el Proyecto del Menor Trabajador puesto en práctica a nivel nacional en la década de los noventa, se abrió un comedor comunal que es un centro de formación y capacitación técnica, albergue de solidaridad, pero ante todo un centro en el cual fluye amor, cariño, comprensión y la búsqueda constante de oportunidades para éstos niños.
Francisca Villanueva, Promotora Social del PANI, dijo que el comedor comunitario brinda el alimento tan necesario, y una mejor oportunidad para los 80 infantes que asisten diariamente.
"Ellos son felices aquí, ya que a parte de hacer nuevos amigos también conviven en solidaridad y constante aprendizaje", añadió la funcionaria.
Por su parte, Roland Spendlingwimmer, Director del Programa Vida Nueva, comentó que su proyecto junto al PANI es un medio que genere diferentes opciones para su futuro a los menores en riesgo social.
Los pequeños reciben cursos de inglés, manualidades, formación espiritual, ecología y taekwondo, entre otros. También los menores forman un equipo de futbol que participa en diferentes torneos a nivel local.
Fabián, (nombre ficticio), vecino de Barrio Sinai y de 10 años expresó su alegría de aprender en el Comedor Comunitario y el deseo de llegar a ser un vendedor de lotería cuando sea mayor.
"Ahora estoy feliz, ayer sufría. Hoy tengo donde comer, pero ante todo aprender", agregó al menor mientras hacía una piñata.
Spendlingwimmer comentó que como Fabián hay decenas de menores que ven en el comedor comunal, no solo un plato de comida, sino la oportunidad y eso es lo que se pretende a pesar de la limitación económica con la que funciona.
Este programa cuenta con el aporte de WEKEF de Austria que es un programa administrado por una Organización No Gubernamental creada por la Iglesia Católica, también con recursos de Coope-Agri R.L., Coope-Allianza y Coopemadereros y otras pequeñas empresas a nivel local y actualmente hacen trámites para conseguir recursos de varias instituciones públicas y privadas a nivel nacional.
"Los recursos son escazos, pero el amor que se le da a éstos menores es grande y de allí que nuestros objetivos se cumplan", añadió el austriaco.
Para Manuel Valverde, formador educativo del Programa Vida Nueva, uno de los mayores problemas que se da con los menores de la calle, es el hecho de no estudiar y el que siempre se les estigmatiza como menores problemáticos.
"Esa cultura y percepción debe cambiar y de hecho, ya está sucediendo, pues hace pocos meses la Escuela de Barrio Sinaí aceptó entre sus alumnos a tres niños en riesgo, quienes han mostrado que tienen grandes deseos de superación", agregó el docente.

Alemanes apoyan proyecto

Como parte de un intercambio, un grupo de estudiantes de secundaria de Francfort, Berlin y Colonia, Alemania se encuentran realizando programas con los menores en riesgo social con la fianlidad de motivarles a salir adelante.
Julia Maier comentó que para ella y sus compañeros es un gusto colaborar con los menores en riesgo y enseñarles inglés, y motivarlos a salir adelante.
"Mi sueño es quedarme aquí, pero no puedo, aunque desde mi país les seguiré ayudando", agregó Julia.
Por su parte Kerny Backer-Price dijo que compartir con éstos pequeños es la mayor de sus enseñanzas, ya que ayudarles a hacer su huerta, pintar la cerca y visitar a las familias de cada menor es un sueño hecho realidad.
"Cuando me invitaron a venir, pensé que había pobreza y creo que mi pensamiento se quedó corto, pues hay más que eso y me hace sentirme bastante triste y solo me motiva a seguir adelante y en un futuro volver a ayudar", agregó.
Para Nadya Blackwood, la experiencia es inolvidable, pues aprendió que los niños tienen derechos, deben respetarseles y ayudarlos.
En el programa de intercambio también participaron los estudiantes: Rudiger Groth, Paolo Guilli, Annethe Hauf y Keike Lipper, quienes al momento de la entrevista se encontraban realizando una labor de campo con varios menores.

"Nueva vida", proyecto para niños de la calle