Impulsan proteger corredor biológico

Estrella del SUR - 1e de Julio, 2002

Son extranjeros y están luchando para comprar bosque y proteger el agua del futuro, porque aunque viven lejos de Costa Rica, son del criterio que el problema de este líquido es mundial y que deben contribuir a evitar su escasez.
La alemana, Katja Lepenies (pedagoga) y el suizo, Daniel Bretscher (biólogo), impulsan el Proyecto Corredor Biólogico, que es una visión compartida desde Pérez Zeledón hasta Buenos Aires y que consiste en proteger todos los bosques existentes en la vertiente de la Cordillera de Talamanca.
"La idea es proteger los nacimientos de agua pues la protección de este líquido significa proteger lo que beberemos en la actualidad y el futuro, así como evitar la erosión y promover grandes áreas para que los mamíferos estén en sitios amplios", explicó Lepenies.
La extranjera indicó que pretenden comprar unas veinte hectáreas de bosque primario y secundario, ubicadas a la orilla del Río Sonador.
"Estas casi veinte hectáreas son fincas privadas y nuestro deseo es comprar y proteger el bosque, para contribuir con el medio ambiente, donde nos aseguraremos que no se cortará nada para sembrar cultivos tradicionales de la zona", subrayó la alemana.
Lepenies agregó que si se cortan esas veinte hectáreas que gestionan comprar, las áreas boscosas de la Asociación Longo Mai, se perderán y que para evitarlo, se trabaja en esta iniciativa.

Buen apoyo
Por su parte, Daniel Bretscher indicó que han realizado alrededor de cincuenta presentaciones del proyecto en Alemania y Suiza, con el fin de recolectar el dinero que necesitan para comprar el terreno y que el apoyo ha sido impresionante.
"Nosotros consumimos café, piña, banano y otros productos ticos; por eso, consideramos que tenemos la responsabilidad de hacer conciencia en la población", manifestó el suizo. Este proyecto se inició en setiembre del año 2000 y los extranjeros están muy motivados, porque según dijeron, más de 1.700 personas entre Suiza y Alemania lo conocen; además, en esos páises hasta han vendido jugos, café y emparedados en la calle, para apoyar la protección del agua en el presente y futuro.
"Esperamos comprar unas catorce hectáreas en los próximos tres años y ese terreno luego pertenecerá a Longo Mai", finalizó Bretscher.

 
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