"LONGO MAI" UNA COOPERATIVA EUROPEA
ORIGENES
En diciembre del 72 dos movimientos de jóvenes aprendices, Hydra
en Suiza y Alemania, Spartakus en Austria, decidieron celebrar un
Congreso de jóvenes europeos a gran escala. Se enviaron tres mil
cartas de invitación a todo tipo de grupos y organizaciones juveniles:
sindicales, políticos, religiosos, ecologistas...
Los pocos cientos de respuestas, atentas pero algunas desconcertadas,
fueron suficientes para indicarnos que nuestro plan era un tanto
pretencioso, nuestra preparación bastante apresurada y la fecha
mal escogida. A pesar de todo, vinieron a Basilea unos 100 militantes
sindicalistas, cristianos, marxistas y ecologistas, especialmente
jóvenes agricultores de toda Europa.
¿Por qué este Congreso en Basilea en la Navidad del 72?
Los aprendices de Hydra y Spartakus habían previsto la grave crisis
económica que tarde o temprano caería sobre nuestras industrializadas
sociedades. En marzo del 72 habían descrito, en un folleto de cuatro
páginas bajo el título de "La crisis - una ofensiva", los desastrosos
efectos de la reconversión industrial y como consecuencia que las
principales víctimas serían los jóvenes y los trabajadores inmigrantes.
Conociendo bien que toda crisis lleva automáticamente a un clima
de creciente tensión política y social, vimos que había que considerar
cómo nuestra generación podía prepararse mejor. El Congreso de Basilea
decidió que la solución era crear "pueblos pioneros europeos", ¡nada
menos que eso!, que se organizarían en regiones afectadas por la
despoblación rural, como la mayoría de las regiones montañosas de
Europa.
En estos pueblos, los jóvenes procedentes de toda Europa vivirían
y trabajarían juntos en cooperativas, según fuese posible, sobre
la base de la "autogestión" (un auto-control participativo) y las
relaciones sociales se basarán en un estricto respeto de los Derechos
de Hombre, de la Mujer, del Niño, del Ambiente, Terneras, Vacas,
Cerdos, Pollos etc. Un noble ideal, por supuesto. Y todo esto previendo
que la "reconversión industrial" iba pronto a engendrar un desempleo
masivo y que la única solución clara a muchos dramas era aumentar
rápidamente el número de cooperativas.
Estábamos, entusiastas, iluminados, animados, pues insensatamente
ambiciosos y muy poco modestos. En junio del 73 treinta cooperativistas,
casi todos sin ninguna experiencia práctica, salieron para el Sur
de Francia donde se establecieron en 300 Ha de monte en Limans (Alpes
de Haute Provence), que habían estado abandonadas desde hacía varias
décadas y en las que había unas cuantas majestuosas ruinas... todo
un sueño. Se había fundado la primera cooperativa. Un amigo labrador
de aquellos parajes nos sugirió el nombre de "Longo Mai" que en
Provenzal significa "que dure mucho", expresión muy usada entre
la gente de la región para saludarse. La compra de la tierra, del
primer rebaño de ovejas, de las semillas y maquinaria se hizo realidad
a través de los fondos aportados por los cooperativistas y sus familias,
así como por la respuesta dada en Suiza a una colecta popular.
Tres meses más tarde enfrentábamos nuestra primera dificultad seria:
mal informados de nuestros objetivos y sospechosos de nuestras motivaciones,
las autoridades francesas decidieron expulsar a ocho miembros fundadores
de nuestra cooperativa. La razón que nos dio fue que nuestra presencia
podría constituir una grave amenaza para la seguridad nacional.
Pues nos dijeron que estábamos muy cercanos del "Plateau d'Albion"
(almacén de armas nucleares francés a unos 50 km de Limans) e intentábamos
desestabilizar el país.
Estas expulsiones provocaron indignación y protesta en los países
de los expulsados (Austria, Inglaterra, Alemania, Suiza). Los principales
diarios, incluso algunos franceses, se hicieron eco del suceso de
modo que, a los pocos meses de su nacimiento, Longo mai recibió
una inesperada lluvia publicitaria.
Este hecho tuvo un efecto completamente opuesto al buscado por las
autoridades, que esperaban destruir el proyecto en el huevo. Cientos
de jóvenes de toda Francia comenzaron a venir, deseando ayudar a
la cooperativa amenazada, mientras que en los demás países se despertaba
un gran sentimiento de solidaridad. Varios miles de jóvenes vinieron
en los años siguientes a pasar un tiempo más o menos largo en Longo
mai. Muchos venían pensando encontrar un pequeño paraíso con una
vida "libre" y "alternativa", pero no tardaron en topar con la dura
realidad y nos abandonaron, aunque algunos de ellos comenzaron su
propio proyecto y se mantuvieron en contacto con Longo mai. A finales
del 73, éramos 80 a acampar en Limans, demasiados para alimentarse
de la primera cosecha de la tierra seca y pedregosa.
Antes de lo previsto, tuvimos que crear otras cooperativas.
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